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RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS


¿Qué es un antibiótico?


Etimológicamente viene del griego anti “contra” y bios “vida”. Según la RAE un antibiótico es la “sustancia química producida por un ser vivo o fabricada por síntesis, capaz de paralizar el desarrollo de ciertos microorganismos patógenos, por su acción bacteriostática, o de causar la muerte de ellos, por su acción bactericida”. Dicho de otra manera, son sustancias que matan a las bacterias o hacen que éstas dejen de crecer. Es muy importante entender que son sustancia que únicamente afectan a las BACTERIAS, no a los virus. Es decir, si tenemos una gripe, que es provocada por un virus, un antibiótico no te servirá para nada.


Los antibióticos son medicamentos que combaten las infecciones bacterianas. Usados correctamente, pueden salvar vidas pero hay un creciente problema de resistencia a antibióticos. Esto ocurre cuando las bacterias mutan (se transforman) y se vuelven capaces de resistir los efectos de un antibiótico. El uso de antibióticos puede llevar a la resistencia. Cada vez que toma antibióticos, las bacterias sensibles mueren. Pero gérmenes resistentes pueden crecer y multiplicarse. Pueden causar infecciones que ciertos antibióticos no pueden curar. Un ejemplo es el estafilococo resistente a la meticilina (SARM). Esta causa infecciones que son resistentes a varios antibióticos comunes.


El uso inapropiado de antibióticos cultiva "superbacterias"; que son microbios que a menudo no se pueden controlar, incluso con múltiples medicamentos. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades calculan que más de la mitad de todos los antibióticos del país se recetan inapropiadamente. Entre estos antibióticos se encuentran la cefalexina (Keflex y genéricos), el ciprofloxacino (Cipro, Proquin y genéricos), el levofloxacino (Levaquin y genéricos) y la tetraciclina, excelentes para eliminar múltiples tipos de bacterias. Eso puede sonar como una buena idea, pero una aproximación de "bombardeo" es más propensa a cultivar la resistencia y eliminar las bacterias buenas y protectoras de tu cuerpo. Eso abre la puerta para la infección bacteriana por Clostridium difficile.


De ser posible, antes de aceptar un antibiótico de amplio espectro ( defensa del organismo de alta calidad contra diferentes microbios), elige un antibiótico de espectro estrecho que ataque el microbio que te está causando la infección. Eso significa que tu médico debe solicitar exámenes para identificar la bacteria específica siempre que sea posible.

Cuando sean necesarios los antibióticos, es importante no omitir ninguna dosis ni dejar de tomar el medicamento antes de tiempo, incluso si ya te sientes mejor. Y no utilices antibióticos que te hayan sobrado de una receta previa para tratar una nueva infección. Ese medicamento puede no ser el mejor para tu problema actual.

Pon especial atención si estás tomando antibióticos de fluoroquinolona como ciprofloxacino, levofloxacina, y moxifloxacina. Estos antibióticos aumentan el riesgo de rupturas de tendones, depresión, alucinaciones, pensamientos suicidas y aneurismas aórticos. Contacta a un médico si padeces de dolor o inflamación de los tendones o alteraciones emocionales.

Para que los antibióticos sigan funcionando, es aún más importante que los médicos, hospitales y pacientes aprendan cuándo, y cuándo no, deben usarse los medicamentos.

Los antibióticos generalmente No son necesarios para:

  • Resfriados y goteo nasal

  • Tos

  • Sinusitis

  • Bronquitis aguda

  • Influenza

  • Dolor de garganta

No use antibióticos para virus como los del resfriado o la gripe. Los antibióticos no funcionan en los virus.


Los antibióticos generalmente son necesarios para:

  • Tos ferina

  • Infección estreptocócica de la garganta

  • Infecciones de las vías urinarias

  • Amigdalitis

  • La faringitis bacteriana

  • Infecciones de oído (no todas)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace varias recomendaciones para contribuir a frenar la resistencia a los antibióticos.

Para los hogares:

  • Utilizar los antibióticos únicamente cuando los haya prescrito un médico

  • Cuando tome antibióticos, siga las instrucciones con cuidado. Completar el tratamiento prescrito, aunque se sienta mejor. Si interrumpe el tratamiento demasiado pronto, algunas bacterias pueden sobrevivir y volver a infectarle

  • No dar los antibióticos sobrantes del tratamiento a otras personas ni reutilizarlos

  • Recordar que los antibióticos no deben utilizarse para tratar gripas o resfriados

Para los profesionales de la salud:

  • Mejorar la prevención y el control de las infecciones

  • Prescribir y dispensar antibióticos sólo cuando sean verdaderamente necesarios

  • Prescribir y dispensar los antibióticos adecuados para cada enfermedad

La resistencia a los antibióticos prolonga la duración de las enfermedades y aumenta el riesgo de muerte. Por ejemplo, se calcula que las personas infectadas por Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina tienen una probabilidad de morir un 64% mayor que las infectadas por cepas no resistentes. La resistencia también aumenta el costo de la atención sanitaria, pues alarga las estancias en el hospital y requiere más cuidados intensivos.


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