ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR ALIMENTOS
El calor nos gusta a todos los seres humanos, pero aún gusta más a los microbios, que encuentran las temperaturas de verano idóneas para multiplicarse rápidamente. Por lo que en verano aumenta el riesgo de intoxicaciones producidas por alimentos.
Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) pueden generarse a partir de un alimento o de agua contaminada, recordemos que son llamadas así porque el alimento actúa como vehículo de transmisión de organismos dañinos y sustancias tóxicas.
Todos los alimentos contienen el aporte de agua, proteínas, grasas, minerales o azúcar necesarios para las bacterias. Algunos más que otros, como es el caso de la leche y sus derivados, la carne y sus productos, las cremas y los huevos.
Hablamos de intoxicaciones o toxiinfecciones producidas por los alimentos cuando ingerimos alimentos contaminados. Los alimentos insalubres que contienen parásitos (taenia solium, áscaris, cryptosporidium, entamoeba histolytica o giardi), virus (hepatitis A, norovirus), bacterias (salmonelosis, listeria, Vibrio cholerae, campylobacter y escherichia coli enterohemorragica) o sustancias químicas (toxinas naturales, contaminantes orgánicos persistentes y metales pesados), causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta un cáncer.
Estas enfermedades aparecen más en verano, ya que además de la temperatura, que favorece que los microbios se reproduzcan fácilmente, hay que tener en cuenta que en ocasiones nos encontramos de viaje y aumenta el número de comidas que hacemos fuera de casa, y con ello también aumenta el riesgo de intoxicaciones por falta de higiene de los alimentos.
Los microorganismos peligrosos pueden llegar a los alimentos en cualquier momento, desde que son producidos en el campo hasta que son servidos. Cuando aquéllos sobreviven y se multiplican pueden causar enfermedades en los consumidores. La contaminación es difícil de detectar, una defectuosa preparación, cocción o almacenamiento son causas principales para la aparición de las bacterias, que comienzan a multiplicarse y hacen el consumo peligroso para la salud.
No olvidemos que un alimento contaminado no tiene por qué tener siempre mala presencia, ya que generalmente no se altera el sabor, color o aspecto de la comida, puede parecer de lo más apetecible y sin embargo estar contaminado.
Grupos más vulnerables
Los grupos más vulnerables son los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas que, por su baja resistencia a las enfermedades, son especialmente vulnerables. En estos casos las precauciones deben extremarse, pues las consecuencias de las ETA pueden ser severas, dejando secuelas o incluso hasta provocando la muerte.
Por el contrario, para las personas restantes los síntomas son pasajeros: en la mayoría de los casos, sólo duran un par de días, sin ningún tipo de complicación.
Síntomas
Los síntomas de las ETA pueden durar algunos días e incluyen náuseas, mareo, vómitos, dolores abdominales, dolor de cabeza, escalofríos, dolor en los músculos, diarrea y fiebre. También pueden presentarse síntomas neurológicos, latidos irregulares del corazón, dificultad al respirar, parálisis, ojos hinchados, visión doble, etc. La duración e intensidad de los síntomas varía de acuerdo con la cantidad de bacterias o toxinas presentes en el alimento, a la cantidad de alimento consumido y al estado de salud de la persona, entre otros factores.
En caso de vómitos y/o diarrea, se produce una gran pérdida de agua y sales minerales, tras la cual lo más importante es rehidratarse; utilice las fórmulas ya preparadas en farmacias y en su defecto una solución rehidratante elaborada en casa (un litro de agua hervida templada, zumo de dos limones, dos cucharadas soperas de azúcar, una cucharada de las de café de bicarbonato y una de sal).
Recomendaciones para la prevención de ETA
Lave y desinfecte frutas y hortalizas en forma minuciosa, especialmente si se comen crudos.
Lavar las manos antes y varias veces durante la manipulación de alimentos.
Lave y desinfecte superficies, utensilios y equipo usados en la preparación de alimentos.
Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
Asegurar una higiene correcta de la persona que va a manipular los alimentos.
Lavar las manos siempre antes y después de ir al baño.
Evite contaminación cruzada.
Para manipular alimentos crudos y cocidos use equipos y utensilios diferentes, como cuchillos o tablas de cortar.
Conserve los alimentos crudos y los cocidos en recipientes separados.
Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, mascotas y otros animales.
No deje alimentos cocidos a temperatura ambiente durante más de 2 horas y durante los días de altas temperaturas no deben rebasar 1 hora fuera del refrigerador antes de ser consumidos, recalentados.
Conserve los huevos en el refrigerador y en su envase.
Prefiera el consumo de huevos totalmente cocidos (duros)
Enfríe lo más pronto posible los alimentos cocinados y los perecederos (preferentemente por debajo de 5° C)
No vuelva a congelar un alimento que ya fue descongelado, a menos que lo cocine antes de colocarlo nuevamente en el refrigerador.
Utilizar exclusivamente agua potable.
Cocine los alimentos completamente, especialmente las carnes, pollos, huevos y pescados.
Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados.
Hierva los alimentos a más de 70 Cº. Para carnes, pollo, cuide que no queden partes rojas.
Antes de comprar un alimento, controle que su envase posea fecha de vencimiento y número de registro.
No guarde alimentos junto a productos de limpieza.
Es muy importante que cuidemos en consumo de nuestros alimentos dentro y fuera de casa cuidemos que cumplan con todos las características de inocuidad para asegurar nuestra salud.